En los últimos años, especialmente en distintos Estados de Estados Unidos, así como en distintos países europeos (entre los que precisamente se encuentra España), es cierto que el CBD ha conseguido convertirse en uno de los productos más populares, de tal manera que la venta de productos derivados, entre los que se encuentra el aceite de CBD, se han incrementado considerablemente.
Esto es debido a que el aceite de CBD, también conocido habitualmente bajo el nombre de aceite de cannabidiol, consiste en un producto derivado de la planta del cannabis; es decir, es un tipo de cannabinoide, el cual lo encontramos de forma absolutamente natural en las plantas de la marihuana.
Sin embargo, aún cuando proviene de esta planta, posee un aspecto básico que es lo que ha hecho que se haya vuelto tan popular en los últimos tiempos: no crea ningún tipo de intoxicación ni de efecto psicoactivo, como sí ocurre con otro de los cannabinoides más conocidos y populares, como por ejemplo es el caso del THC.
No en vano, el cannabidiol o CBD no es más que otro de las docenas de cannabinoides que podemos encontrar de forma total y completamente natural en la planta del cannabis, como por ejemplo es el caso del CBG o THCV, por citar solo algunos.
Y, debido a que no ejerce en sí mismo ningún tipo de efecto psicoactivo (es decir, no produce el tradicional “colocón” que sí ocasiona el THC), y debido a sus aparentes beneficios en determinados problemas, trastornos y condiciones de salud, es común que haya pasado a convertirse en uno de los elementos más estudiados, principalmente por sus diferentes aplicaciones médicas y terapéuticas.
¿Qué es el aceite de CBD?
El aceite de CBD consiste en un extracto de la planta del cannabis, ya sea la conocida como Cannabis indica o bien la Cannabis sativa. De hecho, CBD es el nombre corto de cannabidiol, que es uno de los químicos que encontramos en esta planta. Y que, a diferencia del tetrahidrocannabinol (THC), que es el que hace que las personas se “coloquen” cuando lo consumen, el CBD no hace lo mismo.
De hecho, el aceite de CBD destaca principalmente por no contener THC, aunque sí es cierto que, en ocasiones, podría contener algunas trazas. No obstante, debemos recordar que, para que su venta sea legal en este sentido, es necesario que las trazas sean mínimas, no alcanzando el 0,2 o el 0,3 por ciento (dependiendo del país en el que nos encontremos).
Cuando nos encontramos ante un envase con aceite de CBD, lo más probable es que no se presente puro. De hecho, es común encontrarlo mezclado con un aceite portador inerte, como podría ser el caso del aceite de semilla de cáñamo o el aceite de coco.
¿Cuáles son sus beneficios y propiedades para a salud?
Al menos por el momento, el mecanismo de acción preciso del cannabidiol no está del todo claro. No obstante, sí se sabe que, a diferencia del THC, el cannabidiol presenta una afinidad relativamente baja con los diferentes receptores cannabinoides que se encuentran naturalmente en nuestro cerebro, y que se caracterizan por ser moléculas a las que se une el THC para ocasionar sus populares efectos psicoactivos.
En este sentido, los expertos sí creen que el CBD influye en otros receptores, incluyendo los receptores opioides que se encargan de regular el dolor, así como con los receptores de glicina, principalmente implicados en la regunación de la serotonina, la hormona conocida por hacernos “sentir bien”.
De ahí que en los últimos años su popularidad haya acabado aumentando muchísimo, debido principalmente a que el aceite de CBD podría ser útil en el tratamiento de una amplia diversidad de problemas y condiciones de salud, entre los que se incluyen:
Ansiedad
De acuerdo a un estudio publicado en el año 2015, parece que el cannabidiol podría ser interesante en el tratamiento de los trastornos de la ansiedad, puesto que, de acuerdo a los investigadores, proporcionaría efectos ansiolíticos, siendo útil para aliviar la ansiedad.
Esta cualidad se debería a la forma en que el cannabidiol tiende a actuar en el cerebro, puesto que en la mayoría de las ocasiones funciona como agonista, por lo que desencadenaria una respuesta opuesta cuando se une a un receptor. Así, se cree que, a dosis bajas, podría ocasionar una respuesta agonista positiva, desencadenando un efecto compensados con la finalidad de comabtir sus efectos.
Adicción
Tal y como sugirió una revisión también publicada en el año 2015, el aceite de CBD podría ser útil para el tratamiento de las personas con adicción a las drogas. En esta revision los estudiososo analizaron 14 estudios publicados con anterioridad, concluyendo que el CBD se había mostrado prometedor en el tratamiento de personas con adicción a los opioides, psicoestimulantes y a la cocaína.
Además, también se habría realizado alguna que otra sugerencia indicando que podría ayudar en el tratamiento de la adicción tanto de la nicotina como del cannabis.
Convulsiones y epilepsia
En Estados Unidos se encuentra disponible una solución oral de CBD utilizada para el tratamiento, en niños menores de 2 años de edad, de ciertas formas raras de epilepsia: el síndrome de Lennox-Gastaut y el síndrome de Dravet.
Estos dos trastornos genéticos son excepcionalmente raros, pero tienden a producir convulsiones catastróficas de por vida, las cuales tienden a aparecer a lo largo del primer año de vida del niño.
De acuerdo a los expertos, el cannabidiol podría aumentar la concentración en la sangre de los fármacos anticonvulsivos, haciéndolos más efectivos y prolongando su vida media.
Relajación
No hay duda que una de las principales cualidades del aceite de CBD es su uso en forma de masajes relajantes, debido principalmente a su textura y consistencia oleosa, en especial cuando se encuentra combinado con cualquier otro aceite portador con reconocidas cualidades para la piel, como por ejemplo podría ser el caso del aceite de coco.
Al menos por el momento no se sabe a ciencia cierta cuánta cantidad de cannabidiol podría ser absorbido por la piel, aunque los expertos consideran que esta forma de uso sería mucho más segura.
Dosificación y preparación del aceite de CBD
Por el momento no existen pautas recomendadas o indicadas para un uso apropiado del aceite de CBD. Por un lado, lo más habitual a la hora de disfrutar de sus diferentes beneficios y cualidades es administrarlo debajo de la lengua (esto es, por vía sublingual), gracias principalmente a que la mayoría de los aceites tienden a venderse en botellas de 30 ml con tapón y gotero para una correcta dosificación.
Esto significa que, por otro lado, no existe una dosis “correcta” o “adecuada” de aceite de CBD, por lo que tampoco existen dosis recomendadas en cuanto a gotas por toma. Por ello, hay quien opta por usar una dosis diaria de 5 mg y otros de 25 mg.
Eso sí, a la hora de determinar la dosis exacta de cannabidiol o CBD, debemos tener especialmente en cuenta que, cada gota de aceite, equivale a 0,05 mililitros (ml) de líquido. Por lo que si optamos por un envase de aceite de CBD de 30 ml tendrá alrededor de 600 gotas. Así, si la concentración es de 1.500 mg / ml, entonces una gota proporcionaría el equivalente a 2,5 mg de CBD.
Cómo usar el aceite de CBD
Existen diferentes formas de usar este aceite, lo que dependerá de los fines terapéuticos con que lo utilicemos. Por ejemplo, una de las formas más comunes es su uso externo, lo que en la mayoría de las ocasiones no aplica en absoluto ningún tipo de riesgo para la salud.
Esto es debido a que, al aplicarse externamente sobre la piel, la mayor parte del aceite que se absorbe es muy poco, por lo que es una opción ideal recomendada a la hora de aplicarlo en forma de suaves masajes relajantes, sobre todo si lo combinamos con algún aceite vegetal ideal para aplicar sobre el cuerpo, como el aceite de coco o el aceite de almendras dulces.
No obstante, también es posible utilizarlo de forma interna, aunque en esta ocasión es sumamente aconsejable primero consultar a un médico de confianza. Para usarlo, basta con colocar una o dos gotas debajo de la lengua, y mantener la dosis sin tragar entre 30 a 60 segundos, mientras hace efecto.
Los e-liquids de CBD también son opciones útiles para disfrutar de las diferentes cualidades aromáticas y los beneficios del cannabidiol, aunque mediante el uso de cigarrillos electrónicos o vapeadores.
En cualquier caso, si te aventuras a probar el aceite de CBD, recuerda sobre todo optar por un producto elaborado por un fabricante con reconocida experiencia en el sector, y que proporcione, a fin de cuentas, productos cuya formulación e ingredientes sean de calidad.
Por suerte, hoy en día existen distintas marcas que destacan precisamente por ello. Como por ejemplo es el caso de Harmony o de Nordic Oil, que cuentan con una completísima gama de productos en los que el CBD se caracteriza principalmente por ser su ingrediente estrella.