El aceite de argán se conoce como «oro líquido» porque está repleto de nutrientes que son esenciales para una piel y un pelo sanos.
Pero también porque que se ve, huele y se siente lujoso al ponértelo, gracias a su tono dorado, aroma a nuez y textura agradablemente ligera.
¿Un ingrediente versátil, que huele de maravilla y que sirve para transformar tu piel y cabello? Sí, descúbrelo a continuación.
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El aceite de argán
Originario de Marruecos, el árbol de argán –Argania spinosa– produce una fruta pequeña y redonda que contiene un granos duros, encerrados en una capa de pulpa y una cáscara gruesa exterior.
Es precisamente de ahí del que se extrae el precioso aceite de argán extremadamente nutritivo que penetra fácilmente en la piel.
Generalmente se extrae a mano, una de las razones por las que es más caro que otros aceites. Los granos se muelen y prensan para poder extraer el líquido dorado.
Sus usos tradicionales han sido como remedio para curar heridas y para ayudar a que el cabello se vea brillante y saludable.
Esto es gracias a sus buenas propiedades que le vienen dadas por ser rico en nutrientes, como ácidos grasos Omega-6, vitaminas A, E y C, antioxidantes -como polifenoles- y más.
Estos compuestos ayudan a respaldar la función de barrera natural de la piel, ponen fuera de juego a los radicales libres y tienen un efecto calmante para la dermis inflamada o irritada.
Si quieres saber en qué más te puede ayudar este ingrediente, no te pierdas el siguiente apartado.
Beneficios del aceite de argán en el cuidado de la piel y el pelo
Es realmente hidratante
Este «oro líquido» transforma la piel seca desde dentro hacia afuera para que su textura y apariencia sean suaves y saludables.
La vitamina E y los ácidos oleico y linoleico hacen su magia sin aportar más brillos ni grasa, por eso también lo pueden usar los cutis grasos.
Y todas sabemos que una piel hidratada es menos propensa a las arrugas y la flacidez.
Puedes utilizarlo para prevenir y tratar la sequedad, la descamación y las asperezas en todo tu cuerpo, incluida la cara y los labios.
Mejora los síntomas de varias condiciones de la piel
Gracias a la vitamina E y a sus propiedades antiinflamatorias ayuda de forma natural a aliviar los síntomas del eccema, la dermatitis, la psoriasis, la rosácea y demás afecciones cutáneas.
Consigue calmar la piel, reducir la inflamación y hacer que se repare más rápidamente.
Reduce las bolsas de los ojos
Precisamente esa acción antiinflamatoria que proporciona también es útil para ayudar a reducir la hinchazón y las bolsas debajo de los ojos que muchas tenemos cada mañana.
Simplemente aplica unas gotas en los párpados superior e inferior y masajea suavemente con movimientos circulares hasta que se absorba.
Trata las cicatrices
Sus propiedades antioxidantes ayudan a que las células de la piel se regeneren más continuadamente y a prevenir la acumulación -y el daño- de los radicales libres.
Esto se traduce en una mejora de la cicatrización, que da lugar a nuevas células con una mejor apariencia y sin manchas.
Si tienes una cicatriz, utiliza el aceite de argán a diario para ver cómo se desvanece poco a poco.
Equilibra el exceso de grasa
No todos los aceites son malos para los cutis grasos o con tendencia al acné. De hecho, algunos como el de argán pueden ayudarte a retirar ese extra de sebo y brillos.
Como es un aceite no comedogénico, no obstruye los poros; y por su contenido de escualano y de ácidos grasos beneficiosos también consigue equilibrar y neutralizar la sobreproducción de aceite sin obstruir los poros.
Perfecto para el afeitado y la depilación
El aceite de argán se puede utilizar perfectamente como aceite de afeitar y bálsamo para después del afeitado y la depilación.
Pon unas gotas en tu barba o cuerpo para suavizar el vello, lo que facilita el paso de la cuchilla y evita que te cortes.
Después, aplica el aceite como un bálsamo para ayudar a reparar cualquier corte, suavizar la piel y contener el vello rebelde.
Hace que el cabello crezca más rápido
Cuando lo aplicas en el cuero cabelludo y la melena, este aceite puede hacer que el pelo crezca más rápido naturalmente, y que se caiga menos.
Los fenoles que tiene ayudan a fortalecer los folículos pilosos para evitar su caída prematura, mientras que su carga antioxidante genera una mayor producción de células, lo que conduce a un crecimiento saludable.
Simplemente ponte un poco de aceite de argán sobre tu cuero cabelludo, medios y puntas como un tratamiento sin aclarado cada vez que te vayas a lavar el pelo.
¡Y por supuesto, también funciona para las pestañas y cejas!
Te libra de la caspa y deja un cabello sedoso
Ponerlo en el cuero cabelludo también te va a ayudar de otra forma: reduciendo la sequedad y la picazón que provoca la caspa. No más descamación ni picor.
Todo lo contrario, acondiciona el pelo para que se pueda peinar fácilmente y lo deja sedoso, suelto y con mucho brillo. Esto también puede ayudar a reducir las puntas abiertas.
Una ventaja más: ayuda a retener el color natural del cabello al reducir la decoloración causada por factores ambientales y el envejecimiento.
Cómo usar el aceite de argán en tu rutina diaria
Se puede añadir como aceite puro en solitario o añadido a otro cosmético –aceites portadores como el de aguacate, o esenciales, cremas, lociones, mascarillas capilares, etc.-
Si eliges la primera opción, asegúrate de comprar un producto que esté prensado en frío -este método de extracción ayuda a mantener la integridad del aceite y sus propiedades beneficiosas-, y que sea 100% orgánico para limitar la exposición a toxinas.
El argán debe ser el único ingrediente. Evita los productos que tienen aditivos o conservantes.
De esta forma puedes incorporarlo como aceite desmaquillante o primer paso en la doble limpieza; como mascarilla en seco para el pelo; o a modo de serum nutritivo para cara y cuerpo por la noche.
Otra buena opción es hacerte con cosméticos de calidad que tengan este activo en su fórmula. Los hay tanto para el rostro, como para el cuerpo y el cabello, así que tienes donde elegir.
Solo asegúrate de que esté en los primeros puestos de la lista de ingredientes para que sea realmente efectivo; o que vaya acompañado de otros buenos ingredientes.
Incluso puedes hacer tus propios mejunjes teniendo un buen producto base y una buena receta adecuada a tu cutis.
Dependiendo del tipo de piel y problema que tengas, deberás ajustar su aplicación a una o más veces por semana. Lo mejor es que escuches a tu piel y cabello.
Si ves que se ve escamosa y con un tono pálido, aplícalo en abundancia hasta reparar el daño. Y si no, añade solo unas gotas de vez en cuando.
Lo bueno del aceite de argán -además de todas sus propiedades-, es que no te va a perjudicar -siempre y cuando no seas alérgica a él-.