El guante exfoliante puede llegar a ser tu mejor aliado si lo que quieres es exfoliar tu cuerpo con la máxima suavidad posible.
Es una opción recomendada para quienes no pueden utilizar otras opciones más intensas, como los exfoliantes físicos o químicos, que en determinados tipos de piel (como la piel seca o sensible) tienden a originar problemas de irritación, enrojecimiento e inflamación.
¿Todavía no conoces esta herramienta de belleza? Atenta a lo que te voy a contar.
Una recomendación: Lo mejor para exfoliar tu cuerpo: TOP 5
¿Qué es un guante exfoliante?
Es un accesorio con forma de guante para exfoliar tu cuerpo en casa.
Hay varios tipos, pero generalmente tienen una textura rugosa que lo que hace es retirar las células muertas que se han ido acumulando sobre la superficie de la piel.
Para ello, hay que frotarlo con la ayuda de movimientos circulares, sin apretar demasiado ni llevar a cabo el movimiento hacia arriba o hacia abajo.
Una de sus mayores ventajas es que exfolia suavemente sin agredir o irritar la piel. Por eso se recomienda para cuando hay sensibilidad o irritación.
Si este es tu problema, también puedes probar el exfoliante enzimático, una de las versiones más suaves que hay.
También resulta perfecto si tienes acné en la espalda y quieres eliminarlo.
Cómo usar un guante exfoliante
El proceso a seguir a la hora de exfoliarnos la piel del cuerpo con la ayuda de un guante es muy simple y sencillo, por lo que cualquiera lo puede hacer en casa sin demasiadas complicaciones:
- Debemos empezar humedeciendo nuestra piel para que las células se ablanden, con lo que conseguiremos que la eliminación de las envejecidas y muertas sea más efectivo. Siempre usa agua tibia.
- Nos colocamos el guante exfoliante en la mano, y lo mojamos.
- Aplicamos una pequeña cantidad de gel en la palma.
- Con cuidado, y sin apretar demasiado, comenzamos a frotar el cuerpo con el guante exfoliante, con suaves movimientos circulares, empezando desde los pies y avanzando hasta llegar a los hombros. Es conveniente frotar cada área de la piel en varias ocasiones.
- Es aconsejable incidir en determinadas áreas de la piel que suelen tener una mayor predisposición a endurecerse, como los codos, las rodillas y los talones de los pies.
- Aplica una presión un poco más suave en áreas más delicadas, como el vientre, el cuello y la parte interior del muslo.
- Para terminar, enjuagamos el guante con agua tibia y hacemos lo mismo con nuestro cuerpo.
En las zonas con imperfecciones como celulitis o estrías, te recomiendo que utilices este exfoliante de café casero lleno de antioxidantes.
Cuando nos hayamos secado la piel ligeramente con una toalla suave es fundamental aplicarnos inmediatamente una crema hidratante o un aceite humectante con la finalidad de retener la humedad al máximo.
Para conseguirlo, es de suma importancia aplicarlo dentro de los minutos siguientes después de haber acabado con la exfoliación.
Y si tienes dudas acerca de qué aceite usar, no olvides que aquí te recomiendo las mejores opciones.
Simplemente aplica sobre la piel mediante suaves masajes circulares, deteniéndote sobre todo en las áreas donde has frotado más concienzudamente, y continúa masajeando hasta su completa absorción.
El mantenimiento del guante
La limpieza, conservación y mantenimiento del guante exfoliante es fundamental, especialmente si tenemos en cuenta que el riesgo de formación de bacterias y moho está ahí.
Por ejemplo, es bastante habitual guardarla en el baño, cerca de la ducha, precisamente por la facilidad que supone tenerla cerca cada vez que nos vamos a bañar. Sin embargo, esto puede ser un grave error.
Principalmente porque el baño es un ambiente húmedo. Así, si la herramienta se encuentra continuamente humedecida, y no se seca debidamente, el riesgo de contaminación bacteriana es bastante elevado.
Por tanto, no solo es importantísimo saber cómo deberíamos limpiarla después de cada uso, sino, sobre todo, cómo guardarla y dónde.
En lo que a la limpieza se refiere, utiliza una mezcla de agua diluida con lejía al 10% para reducir el riesgo de contaminación con bacterias y moho.
Para hacerlo, simplemente debemos sumergirla en esta mezcla durante 5 minutos. Después de limpiarla, enjuagarla bien con abundante agua fría, y secarla completamente antes de colocarla en un lugar más fresco y seco.
Respecto al lugar donde deberíamos conservarla, recuerda que debe ser un área seca.
También es fundamental reemplazarlo con cierta frecuencia. Es aconsejable desecharlos cada 3 o 4 semanas, cambiándolo por uno nuevo.
Siempre que observemos algún tipo de moho, mal olor o un olor que recuerda a humedad persistente, deberíamos cambiarlo de inmediato.
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¿Existe algún riesgo o contraindicación?
Aunque, por lo general, el uso regular de un guante exfoliante no suele acarrear ni causar ningún tipo de problema, algunas versiones pueden ser demasiado abrasivos y ásperos para algunos tipos de piel.
Por lo que en caso de notar irritación, enrojecimiento o inflamación, deja de utilizarlo.
También debemos tener en cuenta que la sensación áspera y algo quebradiza de las fibras con el paso del tiempo, pueden ser demasiado abrasivas y dañar la piel.
En estos casos, lo más adecuado es optar por alguna otra opción exfoliante todavía más suave, como una esponja o cepillo exfoliante.
Por tanto, siempre y cuando el guante exfoliante no nos cause ningún tipo de reacción adversa, es bastante recomendable usarlo y aplicarlo cada cierto tiempo, en especial si nuestra piel tiende a ser demasiado grasa o suele acumular muchas impurezas y puntos negros.