Son muchos los factores que pueden influir en la aparición de la flacidez en el abdomen. Desde la pérdida de peso excesiva hasta la pérdida de volumen después de la gestación (embarazo), pasando además por el propio envejecimiento, ya que la degradación del colágeno y de la elastina, unido a la acción de determinadas hormonas, sobre todo en la mujer, tienden a originar aumentar el riesgo de pérdida de tersura y firmeza, sobre todo en determinadas áreas del cuerpo donde esta flacidez suele ser mucho mayor. Por este motivo, te explicamos en esta ocasión cómo eliminar la flacidez del abdomen, siguiendo algunas pautas básicas que pueden ser de mucha ayuda en este sentido.
Es cierto que todos contamos con una cantidad determinada de células grasas repartidas a lo largo del cuerpo, cuyo número se determina principalmente tanto durante la infancia como durante la adolescencia. De acuerdo a muchos especialistas, en realidad este número continuará siendo el mismo.
De esta manera, cuando las células grasas mueren, el cuerpo tenderá a generar otras nuevas. Sin embargo, cuando se produce una pérdida o un aumento de peso no significa que estén desapareciendo o apareciendo nuevas células grasas.
Al contrario, lo que tiende a cambiar es el volumen de las mismas, por lo que, si estamos perdiendo peso, significará básicamente que el volumen y tamaño de las células grasas se estaría reduciendo.
En lo que se refiere a la propia flacidez del abdomen, se trata de un problema originalmente causado por la propia estructura fisiológica del cuerpo. Por ejemplo, es tremendamente habitual que la grasa tienda a acumularse entre las diferentes vainas fasciales de los músculos abdominales oblicuos internos y transversales.
De ahí que, cuando se pierde peso, si en esta área se ha producido un aumento de volumen más o menos considerable, lo más común es que, cuando desaparezca, la piel se vuelva más flácida. Por este motivo, es normal que la piel del abdomen pierda tono cuando bajamos mucho de peso, o en el caso de la mujer, después de la gestación.
Pero, ¿por qué el abdomen acaba perdiendo su tersura, firmeza y forma? Nos encontramos, principalmente, ante un cambio relacionado con la edad de la piel y con el tejido subcutáneo, donde encontramos, precisamente, la capa de grasa.
Aunque este es un aspecto fundamental, no es el único. Por ejemplo, la flacidez tiene que ver con la falta de actividad física y con una pérdida de peso o de volumen muy rápida. Dicho de otra forma, cuando la capa de grasa disminuye de manera drástica debajo de la piel, se genera una especie de vacío.
Así, si una mujer ha tenido obesidad o sobrepeso durante mucho tiempo, es común que la piel del cuerpo se haya tenido que estirar durante todo ese tiempo. Sin embargo, cuando se pierde peso, lo más común es que una parte de la piel termine sobrando, apareciendo la flacidez.
Por otro lado, el envejecimiento también tiene mucho que ver. O, lo que es lo mismo, la degradación tanto del colágeno como la elastina. Mientras que la primera es una fibra esencial para el mantenimiento de la estructura de la piel, la segunda es fundamental a la hora de conseguir que la piel pueda estirarse y recuperar su forma original sin generar lesiones o daño.
De ahí que, al menos, sea particularmente interesante conocer de qué forma es posible eliminar la flacidez del abdomen, sobre todo de forma eficaz y efectiva.
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La importancia de practicar ejercicio físico y comer sano
Si tienes la piel flácida es posible que ya hayas bajado de peso. Pero, lejos de bajar de peso de forma rápida, es sumamente importante hacerlo practicando ejercicio físico regular y siguiendo una alimentación lo más saludable y nutritiva posible.
Esto significa que es importantísimo, como veremos, concentrarnos en los abdominales, dado que pueden ser útiles a la hora de conseguir fortalecer los músculos abdominales que encontramos debajo, reduciendo la flacidez al desarrollar los músculos y ayudar, en definitiva, a tensar el área.
Pero no solo debemos centrarnos en los abdominales. También es de suma importancia combinar la práctica de ejercicio aeróbico con ejercicio anaeróbico, para fortalecer al máximo los músculos a la vez que conseguimos reducir la grasa corporal y, por tanto, el volumen.
Ejercicios útiles
Como te hemos mencionado, los abdominales pueden ser de muchísima ayuda ya que pueden ser ideales a la hora de tonificar los músculos situados alrededor de la parte inferior del abdomen, pudiendo ser de enorme utilidad, además, a la hora de conseguir que la piel estirada se recupere.
Existen distintas versiones a la hora de hacer abdominales, lo que puede ser muy útil para variar la forma cómo las hacemos, y no llevar a cabo siempre la misma versión.
Por ejemplo, es recomendable hacer abdominales con los brazos rectos y situando las piernas hacia arriba, recostándonos sobre nuestra espalda y levantando las piernas en un ángulo de 90 grados. Luego, es conveniente levantar los brazos y tirar de ellos hacia el techo mientras levantamos los hombros y la parte superior de la espalda del suelo. Es recomendable empezar con tres series de ocho repeticiones.
Además de las abdominales, hacer bicicletas en el aire, desde esta misma posición en el suelo, es también recomendable. Eso sí, esta vez es incluso mejor doblar las rodillas y bloquear los dedos detrás del cuelo, tocando nuestro codo derecho con la rodilla izquierda, y alternar codos y rodillas hasta hacer un total de tres series de ocho o nueva repeticiones.
Pero no son los únicos ejercicios que podemos practicar. También existe la denominada como postura de la tabla, que consiste en empezar con los codos y las rodillas, colocando los pies detrás nuestra en una posición de tabla, para que nuestro cuerpo se encuentre paralelo al piso.
Debemos mantener esta posición todo el tiempo que podamos, respirando con normalidad y tratando de aumentar la cantidad de tiempmo cada vez que practiquemos este ejercicio físico nuevamente.
La conocida como postura del bote también es otra opción interesante. Para hacerla, debemos empezar sentándonos en el suelo, con los pies estirados frente a nosotros. Ahora, debemos inclinar lentamente la parte superior del cuerpo hacia arás, a la vez que levantamos tanto los pies como las piernas del suelo. Estiramos los brazos hacia las piernas, hasta hacer una forma de “V” con el torso y las piernas.
Mientras practicamos esta posición debemos respirar con normalidad.
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Procedimientos de láser
Los tratamientos con láser pueden llegar a convertirse en una opción recomendada como procedimiento no quirúrgico, que involucra el uso de una serie de láseres útiles y eficaces para deshacernos de la grasa presente alrededor del abdomen.
Además, suelen ser adecuados a la hora de eliminar grasa presente en otras zonas problemáticas a la vez que el especialista consigue reducir la grasa acumulada en el área abdominal, con las ventajas que ello proporciona.
Eso sí, es necesario tener en cuenta algo fundamental antes de someterse al procedimiento, aunque es evidente que el especialista nos informará de todo: no es una opción apropiada durante la lactancia materna, cuando se tiene obesidad, o en determinadas afecciones médicas.
Paniculectomía
Aunque su nombre, es cierto, puede resultar un tanto inquietante y difícil de pronunciar, consiste en un procedimiento quirúrgico en el que, a diferencia de una abdominoplastia, no se persigue apretar los músculos abdominales al eliminar la grasa y piel adicionales, generando un área abdominal más plana.
En el caso de la paniculectomía, sin embargo, lo que se consigue es quitar el pannus, que es la formación de tejido conectivo muy vascularizado, de carácter tanto inflamatorio como reactivo, eliminando a su vez la piel estirada y con exceso de grasa, que tiende a colgar del abdomen.
Es decir, es una opción útil a la hora de retirar tanto el exceso de piel como de grasa, y puede combinarse con la abdominoplastia, con lo que se consiguen resultados todavía más prometedores.
Usando una crema reafirmante
Aunque no lo creas, existen en el mercado una amplia variedad de cremas reafirmantes que pueden ser de cierta utilidad a la hora de fortalecer y tensar la piel más flácida, pudiendo ser ideal para aumentar la producción de colágeno, manteniendo al máximo la estructura cutánea.
Un buen ejemplo lo encontramos en el gel anticelulítico de Akento Cosmetics, que es ideal incluso a la hora de reducir, tratar, eliminar y prevenir la reaparición de la celulitis, ayudando de forma muy positiva a la hora de desintoxicar, reducir la inflamación, mejorar la circulación sanguínea, activar la lipólisis y, finalmente, acelerar el metabolismo de la grasa almacenada.
De hecho, se trata de una opción útil porque, mientras dejamos que actúe por la noche, ayuda a borrar los efectos de la flacidez y la celulitis aumentando el colágeno, reconstruyendo la piel dañada, aumentando la tasa de renovación celular y prevenir la acumulación de grasa.
Por tanto, recuerda que a la hora de responder cómo eliminar la flacidez del abdomen, es conveniente seguir una serie de hábitos de salud que ayuden a reducir el peso y conseguir tensar la piel y los músculos al máximo.
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