Aunque es cierto que en el mercado podemos encontrarnos con una amplia diversidad de cremas antiarrugas, que pueden ser más o menos eficaces en función de los ingredientes que se hayan utilizado en su formulación, lo cierto es que también podemos aprender a preparar una crema casera para las arrugas.
Esto nos ofrece una serie de beneficios y ventajas únicas que nunca podremos encontrar en muchas de las cremas que compramos en las tiendas.
Por ejemplo, lo más común es que tendamos a ahorrarnos dinero, puesto que muchos de los ingredientes que se utilizan en su elaboración los tenemos en casa.
Por otro lado, tampoco podemos olvidarnos que, al elaborar nosotros mismos la crema en casa, sabemos qué ingredientes hemos usado, por lo que incluso podremos optar por escoger únicamente aquellos que más nos interesen.
Pero para que verdaderamente se trate de una auténtica crema antiarrugas casera es esencial que sea elaborada con ingredientes de reconocida eficacia para el tratamiento tanto de las líneas de expresión, lo que incluye, a su vez, que sean ingredientes tan nutritivos como hidratantes.
Cómo hacer una crema casera para las arrugas
La receta que te proponemos a continuación se caracteriza por ser una opción fantástica para quienes desean aprender a hacer su cosmético y no tienen mucha experiencia a la hora de hacerla.
Esto es debido a que es una opción tremendamente fácil y sencilla de elaborar, utilizando para ello algunos ingredientes fáciles de conseguir en la mayoría de herbolarios y tiendas de nutrición especializadas.
¿Te animas a aprender a hacerla con nosotros? Te explicamos los pasos que debes seguir, paso a paso.
Ingredientes:
- 15 gramos de aceite de aguacate
- 10 gramos de aceite de argán
- 15 gramos de cera de abejas
- 300 gramos de agua (hervida)
- 1 puñado de flores de caléndula secas
- 15 gotas de aceite esencial de incienso
- 10 gotas de aceite esencial de limón
Elaboración:
En primer lugar debemos empezar por reunir todos y cada uno de los ingredientes que necesitamos para la elaboración de nuestra antiarrugas, y procedemos a pesarlos para utilizarlos en las cantidades indicadas en el apartado anterior.
Ahora ponemos agua en una cacerola al fuego y, cuando empiece a hervir, añadimos las flores de caléndula secas, haciendo una infusión de hierbas. Dejamos que se enfríe completamente.
También existe otra opción sencilla para elaborarla: puedes hervir el agua, mientras colocas las flores en una jarra. Luego, vierte el agua hirviendo sobre ella y déjalas tapadas hasta que se enfríe por completo. Luego, utilizaremos únicamente el equivalente a 60 gramos de infusión de caléndula.
Pesamos tanto la cera como los aceites en un recipiente resistente al calor. Luego, vertemos la infusión de caléndula en otro recipiente resistente al calor.
Colocamos ambos recipientes en una cacerola con agua hirviendo, y una vez que los aceites y la cera de abejas se hayan derretido, los calentamos un poco, pero sin dejar que hiervan.
Una vez que los distintos aceites y la cera se hayan derretido completamente, y ambos estén perfectamente calientes, procedemos a retirarlos del fuego, y combinamos la infusión de caléndula con los aceites.
Ahora, con la ayuda de una batidora eléctrica de mano pequeña, o una cuchara, empezamos a mezclar los ingredientes lo suficiente como para evitar que se formen burbujas de aire. A medida que la crema empiece a enfriarse y a espesarse, añadimos los aceites esenciales de incienso y de limón.
Es conveniente revolver bien cada vez que añadamos los aceites esenciales. Eso sí, para evitar que el agua y los aceites se separen, es fundamental revolver continuamente hasta que se haya enfriado completamente.
Para terminar, vertemos en frascos de vidrio que puedas cerrar herméticamente. De esta manera, nos aseguraremos que los diferentes aceites esenciales se hayan conservado bien, por lo que es imprescindible mantenerlos en un lugar fresco y preferiblemente oscuro, donde no le lleguen los rayos ultravioleta (que, a la larga, podría estropearlos).
Una vez elaborada y debidamente conservada, debemos mantenerla guardada preferiblemente en la nevera, y utilizarla a lo largo de los siguientes días. Esto es adecuando cuando no has utilizado un conservante en la elaboración, aunque si lo deseas, puedes añadir alguno, lo que ayudará a conservarla durante más tiempo.
Cómo usar nuestra crema casera antiarrugas
Lo cierto es que a la hora de utilizar nuestra crema casera para las arrugas los pasos a seguir no tienden a diferenciarse mucho del resto.
De hecho, es perfecta para integrar en nuestra rutina de cuidado de la piel nocturna, dado que al contener aceite esencial de limón, es mucho mejor aplicarla únicamente por la noche, para evitar que al causar una mayor sensibilidad a los rayos ultravioleta, la piel pueda mancharse fácilmente (evidentemente, lo contrario a lo que deseamos conseguir).
Por tanto, después de aplicarte un limpiador profundo sobre la piel del rostro, y tras la aplicación de un tónico y un sérum facial, le llega el turno a nuestra crema casera.
¿Cómo aplicarla? El proceso a seguir es tan sencillo como simple: solo debes frotarte suavemente la crema desde la mandíbula hasta las mejillas, llegando luego alrededor del delicado contorno de los ojos, e incidiendo a su vez sobre la frente (donde es muy común la formación de líneas finas de expresión y, con el paso del tiempo, arrugas más profundas).
Finalmente, masajéate con suavidad el cuello, desde el escote hasta el mentón, y deja que se absorba completamente, a la vez que dejamos que actúe durante toda la noche.
¿Una crema para el cuello y el escote? Busca entre éstas de aquí.
En cualquier caso, no olvides algo fundamental: aunque puede ser sencillo y útil elaborar nuestra propia crema casera contra las arrugas, siempre tiende a ser de más ayuda usar un producto comercial de cosmética natural, completo y eficaz.
¿Qué beneficios proporciona?
Por ejemplo, el aceite de aguacate es una opción ideal como base porque es apto para prácticamente cualquier tipo de piel, mientras que sorprende por sus cualidades únicas para reacondicionar, suavizar y calmar.
Es lo que ocurre, por ejemplo, con otras opciones como el aceite de coco, aunque este se caracteriza por ser comedogénico y por poseer una tendencia a solidificarse, por lo que podría no ser tan adecuado en algunos casos.
El aceite de argán se combina muy bien con las diferentes cualidades que nos proporciona el aguacate, ya que también destaca por su elevado contenido en ácidos grasos esenciales, entre los que podemos mencionar sobre todo la presencia del omega 3 y omega 6, a la vez que la vitamina E es ideal como antioxidante natural, ayudando a disminuir la acción de los radicales libres (asociados al envejecimiento prematuro), y reducir el conocido como estrés oxidativo.
La caléndula es otro de los ingredientes activos que, como hemos visto, usamos en esta receta de crema antiarrugas casera. Se trata de una flor muy popular cuando es utilizada como base para cremas y ungüentos, gracias a sus cualidades refrescantes y suavizantes para la piel, además de calmante.
Por este motivo es ideal para la piel del bebé, y para quienes desean reducir la sequedad y la descamación.
Como has visto, a su vez, también utilizamos dos aceites esenciales en la elaboración de nuestra crema casera, y no solo los incluimos por sus cualidades aromáticas.
Por ejemplo, el aceite esencial de incienso es una opción excelente para ralentizar la formación de líneas finas y arrugas, a la vez que puede ser capaz incluso de disminuir la extensión de las arrugas que ya se han ido formando sobre la piel.
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El aceite esencial de limón, por otro lado, destaca en un primer momento por su conocido aroma a cítricos, mientras que es capaz de eliminar las arrugas faciales al aclarar la piel y ayudar a estimular la circulación, brindando un efecto iluminador en la piel, a la vez que proporciona un efecto aclarante de las manchas propias de la edad.
Eso sí, en caso de que no dispongas de aceite de aguacate o aceite de argán, debes saber que puedes sustituirlos por otras opciones igual de interesantes. Por ejemplo, el de onagra puede convertirse en otra opción excelente, gracias también a su riqueza nutritiva y a su gran poder humectante.
También puedes sustituirlo por aceite de germen de trigo, repleto de ácidos grasos esenciales. O, en última instancia, por aceite de almendras dulces, conocido y reconocido también por ser comúnmente utilizado en la rutina de cuidado de la piel (al ser apto prácticamente para cualquier tipo).
El aceite de almendras dulces, de hecho, es una opción excelente al ser útil para suavizar, reacondicionar y calmar. Y, al igual que el de aguacate, se convierte en un portador único, ideal para la elaboración de cualquier cosmético casero.
Además, cuando hayas elaborado esta crema casera para las arrugas, una de sus principales ventajas es que es tan versátil que es perfectamente posible añadir o sustituir otros ingredientes naturales, para mejorar la fórmula según tus necesidades personales.