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Cómo aplicar el sérum: consejos prácticos

Cómo aplicar suero facial

Si sigues una rutina de cuidado de la piel es muy probable que ya hayas descubierto por ti misma cuáles son algunos de los beneficios que te proporciona, especialmente cuando esa rutina la mantienes cada día, ya se trate de una rutina matutina (por la mañana) o nocturna.

En este sentido, el sérum facial puede igualmente convertirse en una maravillosa opción. Pero, ¿cómo aplicar el sérum de forma correcta, para así aprovecharnos al máximo de todas sus cualidades? Te lo descubrimos.

Lo cierto es que atrás quedó el tiempo en el que un régimen de belleza únicamente se basaba en la aplicación de un limpiador, un exfoliante y una crema hidratante. Y es que con la evolución del sector de la cosmética y de la belleza, no hay duda que la rutina facial se ha enriquecido muchísimo.

Uno de los pasos adicionales más beneficiosos lo encontramos en el sérum facial.

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Si bien es cierto, como ya te hemos mencionado en distintos momentos, que nos encontramos ante un producto que no es tan indispensable o necesario como una crema humectante, sí puede llegar a enriquecer muchísimo cualquier rutina de cuidado de la piel que se precie.

¿Sabes exactamente por qué? Uno de los motivos lo encontramos en su composición. Y es que, a diferencia de las cremas faciales, los sérums se caracterizan por contener altísimas concentraciones de diferentes principios activos, de ahí que sean especialmente interesantes para abordar problemas específicos.

A su vez, al estar formulados en base de agua o incluso de aceite, sus moléculas son bastante más pequeñas, lo que significa que el producto en cuestión puede penetrar más profundamente en la dermis, además de hacerlo más rápido.

Pero para que el suero pueda aplicarnos los beneficios deseados, es conveniente no solo saber cuándo deberíamos aplicarlo, sino cómo hacerlo. Y es que saltarnos cualquier paso de la rutina, o incluso aplicar alguno de los pasos en el momento más inadecuado, puede acabar arruinándola y no servir absolutamente para nada.

Cómo aplicar el sérum

¿Cuándo aplicar el sérum facial en la rutina de cuidado de la piel?

Como de buen seguro sabrás, especialmente si sigues un régimen de belleza desde hace un tiempo, es importantísimo seguir un orden correcto a la hora de aplicarnos los distintos productos que la conforman, en especial si deseamos que proporcionen los beneficios que prometen.

Esto significa que, el primer paso, se corresponde con la aplicación del limpiador. De hecho, para conseguir que los ingredientes activos del tónico, el sérum y la propia crema en sí puedan ser absorbidos correctamente y de forma eficiente, es de vital importancia que la tez esté limpia, libre de cualquier tipo de suciedad, impureza y aceite.

Luego le toca el turno al tónico, que es un producto repleto de ingredientes suaves e hidratantes que ayudan sobre todo a tratar la tez seca y sensible, aunque también pueden contener exfoliantes químicos con los que tratar distintos problemas, como por ejemplo el acné.

Efectivamente, ahora le toca el turno al sérum facial, lo que significa que debemos aplicarnos el suero siempre después del tónico y antes del humectante (o crema hidratante).

Como ya te hemos mencionado, es un producto repleto de ingredientes activos ricos en nutrientes, antioxidantes y con cualidades hidratantes, que destaca principalmente por ser extremadamente concentrado, de ahí que ayude a mejorar la salud de la piel casi de forma instantánea.

Si bien es cierto que a menudo muchas personas tienden a omitir su uso, lo cierto es que puede acabar convirtiéndose en el paso adicional que más levanta la rutina facial, al enriquecerla al máximo debido a que proporcionan ingredientes activos en concentraciones verdaderamente elevadas.

Ahora le tocaría el turno a la crema para los ojos, que suelen ser cremas con una consistencia mucho más ligera y delgada, y que aplicamos a lo largo del delicado contorno de los ojos.

Finalmente, llegamos al turno de la aplicación de algún tratamiento localizado, y a la aplicación en sí de la crema hidratante o humectante.

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Cómo aplicarte el sérum correctamente

Especialmente si es la primera vez que vas a aplicarlo, no olvides que es esencial hacer lo que los expertos denominan como la prueba del parche, que consiste en llevar a cabo una prueba para saber si somos sensibles al producto en cuestión o si se produce algún tipo de reacción alérgica, especialmente antes de su aplicación en alguna parte del cuerpo más visible (como por ejemplo podría ser el caso del rostro).

Además, hacerlo es muy sencillo. Tan solo tienes que probar el producto aplicándotelo en una pequeña área, preferiblemente en un lugar que no sea visible. De esta manera, podemos averiguar cómo reacciona nuestra dermis al sérum facial que vayamos a usar por primera vez.

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Aplicando un suero facial

Aunque algunos especialistas aconsejan hacerlo en el costado del cuello, dado que es un lugar útil para ver si somos o no potencialmente alérgicos, quizá prefieras hacerlo en una zona menos visible. Si es así, la parte posterior del brazo también es un buen lugar.

Dependiendo de la composición del suero, algunos pueden dejar la piel ligeramente rosada, pero esto no significa que seas alérgica al mismo. Al contrario, debes esperar entre 10 a 15 minutos para comprobar si desaparece o no. De hecho, lo más normal es que desaparezca por completo después de pasados unos minutos.

Eso sí, en caso de que surja una reacción, lo más común es que la piel pique y que se forme además una erupción rojiza.

Si esto ocurre, es aconsejable dejar de utilizar el producto (por ejemplo, sustituirlo por otro), y aplicarte un poco de yogur natural frío o alguna crema para aliviar y calmar el área afectada.

En caso de no haber surgido ningún tipo de reacción, significa básicamente que tu piel no es sensible al producto.

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Por tanto, simplemente debes almacenarlo en un lugar adecuado hasta el momento en que vayas a aplicarlo.

No olvides que es esencial aplicarlo después del tónico y antes del humectante. Por tanto, una vez aplicado el limpiador, el exfoliante (si toca) y el tónico, le llega el turno a nuestro suero favorito.

Lo más aconsejable es aplicarnos el sérum facial con la ayuda de las yemas de los dedos, dándole suaves palmaditas para, finalmente alisarlo con suavidad a lo largo del rostro.

Eso sí, debemos resistir la tentación de aplicarlo en forma de masajes, ya que podríamos acabar por eliminar el producto sin dejar que la piel haya podido absorberlo.

Al contrario, debemos dejar que la fórmula se absorba completamente por sí sola.

Respecto a la cantidad, lo cierto es que suele ser bastante habitual cometer el error de pensar que por el hecho de usar una cantidad excesiva vamos a disfrutar de más beneficios. Al contrario, no solo no servirá de nada, sino que además estaremos cometiendo el grave error de desperdiciar un producto originalmente bastante valioso.

Por tanto, dado que nos encontramos ante un producto repleto de ingredientes activos, en altas concentraciones, lo ideal es aplicarnos una cantidad equivalente al tamaño de un guisante, lo que garantizará que todo el rostro tenga la cobertura necesaria, pero sin abusar ni desperdiciar producto.

Eso sí, dado que el suero facial da la sensación de secar la piel (cosa que no es técnicamente así), es imprescindible seguir inmediatamente con la aplicación de un humectante.

De ahí que no sea muy adecuado saltarse el siguiente paso, que consiste en la administración de una crema hidratante con la finalidad de retener algo de la humectación ligera proporcionada por el sérum, y retener especialmente todos sus ingredientes activos.

Además, no olvides que el sérum prepara la piel para recibir mejor el resto de productos que conforman la rutina facial, de manera que la aplicación de una crema nutritiva hidratante se convierte en el mejor de los pasos para terminar con nuestro régimen de belleza.